viernes, 15 de marzo de 2013

Saludos.

¿Existirá  alguna forma  más impersonal que poner o decir  "saludos" al despedirse de alguien?
¿En realidad qué significa, qué se quiere decir?
¿Saludos qué? ¿Saludos a quien? ¿Al perro, al gato, a la vaca que está pastando en un campo cercano a mi casa?
Si ya terminé una conversación o ya escribí a alguien ya o saludé. Y si me despido de alguien y envío saludos a quienes me puedan conocer ¿cuesta mucho decir a quien  y terminar la frase?
No me calza la palabra sola, sin una oración en la que se complemente, sin un destinatario. Porque toda acción finalmente tiene un destinatario, las palabras deben llegar a alguien, esa es su intención o su razón de ser.

 ¿Por qué entonces, en vez de decir "saludos" no decimos "hola", "hola, ¿que tal?, ¿cómo has estado?? ¿Y no sería mejor  al despedirnos enviar nuestros saludos a alguien conocido del receptor      de mi comunicado: "saludos a, cariños para ti, un abrazo cariñoso"?
Eso muy  generalmente no se hace y la razón es: que a casi nadie le importa.
Cuando encontramos a alguna  persona en la calle y saludamos, nos preguntan cómo estamos muy probablemente no les interesa. Y es por eso que casi siempre decimos bien. Y solamente contamos  la verdad a quienes consideramos que les puede interesar, a veces ni siquiera eso.

 Extraña palabra genérica el "saludos", y solita ya no la utilizo para dirigirme directamente a alguien.
Las palabras a veces son raras para mi, y "saludos" lo es en este instante, ni me he detenido a pensar bien en su color. Sinestesia pura.
Si  alguien me llegase a leer, vayan mis saludos cordiales..
 -Hola, que esté muy bien.
Tenía yo un seguidor de mi blog, parece  que ya no está, también le deseo bien.  :D

lunes, 4 de octubre de 2010

Nuestro guardián.



Juguetón y cariñoso. Osado, valiente y mañoso: así era mi perro Frodo: El guardián de la casa, uno más de la familia.
Vivía arriba de la casa, en la losa del techo. Desde su rincón vigilaba todo el sector y era capaz de tirarse a donde los casi 3 metros si la situación lo ameritaba. Eso era algo grandioso en verdad, al menos yo sólo lo había en las películas.
Hoy día desperté de un sueño angustiante: Yo cerraba la puerta del jardín y me dio la impresión que había alguien al otro lado agazapado y al cerciorarme, me atacaban dos hombres que querían entrar para atacarnos. Desperté sobresaltada. Claro, mientras tanto, en mi casa mi perrito estaba muriendo envenenado. Yo sé que me avisó, que se estaba despidiendo. Siempre mis mascotas se despiden de mi porque yo sé que me quieren y yo los quiero también.
En verdad no veo la necesidad de matar a mi perro, porque no tenemos tantas cosas que robar. Solo sé que la naturaleza del hombre es así, cuando hay seres hermosos que salen del promedio se les detruye, solamente por envidia. La muerte es tan drástica y definitiva y todos los seres somos únicos, ya no va a haber otro igual.
"¡Cuida la casa Frodo!" le decía cada vez que salíamos. Seguro que lo hará.

sábado, 8 de mayo de 2010

Ghost Town.


El jueves pasado vi una película por casualidad. Había visto la promoción hace tiempo, pero no fui a verla al cine.

Es una comedia, pero el sentido del humor no es escatológico sino que es muy inteligente y sutil. De esas películas que dejan un saborcito dulce y una se acuerda de ella por mucho rato. Esa es para mí la manera perfecta para saber cuando una película es buena.

La banda sonora perfecta. Y la canción del epílogo es hermosa también, pues reverbera al día siguiente y aún lo hace.

La recomiendo... y mucho.

¿De qué se trata? De un hombre que ve fantasmas. Suena cliché, sin embargo es diferente.